Archivos del Hombre-Máquina

14.11.07

Una respuesta peligrosa

Es ya la tercera vez que escucho a César Vidal esgrimir un argumento peligroso en relación a la crisis diplomática -en potencia, al menos- con Venezuela.

El por otra parte excelente comunicador maneja una serie de posibles respuestas al tirano Chávez, y entre ellas incluye la repatriación de los venezolanos que residen actualmente en España.

Esto es un gravísimo error.
Los venezolanos que residen y trabajan en España son individuos, no agentes de Chávez.
Da lo mismo si creen que el tirano es un cáncer para su país, o si por el contrario simpatizan con el populismo del gorila rojo.
Hay muchas otras opciones mediante las cuales España puede presionar a Venezuela, sin necesidad de que individuos que han venido a nuestro país en busca de la prosperidad que allí se les niega tengan que pagar por los delirios de un peligroso tirano.
No se puede combatir al socialismo con más socialismo.

La última evidencia del cambio climático

Caminaba ayer despreocupadamente por la Gran Vía bilbaína, cuando finalmente me di cuenta de la magnitud del desastre.
Después de meses de escepticismo respecto al cambio climático, ahora no queda otra que reconocer la dolorosa verdad.

El espectáculo en la calle era horrible, algo dantesco, como dicen ahora.
Los niños lloraban, las madres trataban de consolarlos, y los ancianos recordaban entre lágrimas tiempos mejores.

Y no era para menos. Después de contemplar la escena, no pude recuperarme en todo el día.

Sí, el planeta está en peligro.
Ayer vi, con mis propios ojos, la última evidencia del cambio climático: nos quedamos sin árboles.
Sí, han leído bien. Sin árboles.

No sé cómo no me percaté antes, porque todos los datos estaban ahí: cientos de hojas en el suelo, decenas de ellas cayendo, y ramas vacías en la Gran Vía.
No pude evitar pensar en las hileras de cristianos crucificados en la antigua Roma.

Si el paisaje era desolador, las consecuencias son apocalípticas.
Nos quedamos sin oxígeno.
Tal vez nosotros podamos sobrevivir, pero ¿qué será de nuestros hijos?
Y lo que es más importante, ¿qué será de los ciervos, de las ranas, de las hormigas?

Sí, todos morirán por nuestra culpa.
A no ser que nosotros, los culpables, seamos capaces de redimirnos.
Aún hay esperanza, pero tenemos que empezar ahora mismo.

Hay que dejar de contaminar.
Fuera los coches. Además de emitir gases tóxicos que hacen que caigan las hojas de los árboles, son un lujo innecesario propio de esta época de decadencia y sobreabundancia.
Tampoco el humo del tabaco es bueno. Genera gastos a la Seguridad Social, y también hace daño a los árboles. Y a los animales.
El derroche energético también debería ser tenido en cuenta. ¿Es realmente necesario utilizar estufas cuando las familias pueden reunirse en el salón con una buena manta?
Y las fábricas... qué decir de las fábricas. Ahí es donde se debe entrar con mayor rigor.
Todas las empresas que no cumplan con las directrices contra el cambio climático deberían ser clausuradas, o tal vez nacionalizadas. No se puede seguir confiando en que el egoísmo sea capaz de cuidar del planeta.

Que no caigan más hojas.
Nunca más.
Levántate por tu planeta.

P.D.: Esto es broma, obviamente. A nadie se le ocurriría lanzar un mensaje tan alarmante basado en meras ocurrencias.

9.11.07

El vídeo del PSOE

Y no me refiero al último pastiche del partido, sino a la lección de coordinación política que ha dado TVE en la última emisión de 59 segundos.

Calleja consigue en apenas cinco segundos soltar a Isabel San Sebastián lindezas como golpista, extrema derecha o, lo mejor de todo, que ha estado engordando a ETA durante años.
Isabel San Sebastián se limita a recomendarle no entrar en polémicas personales, y lo más que llega a responderle es que ha cambiado de chaqueta en los últimos tiempos.

Calleja sigue repitiendo el mantra como un poseso, y San Sebastián pide a la moderadora del programa que intervenga.

Ésta, fiel a sus principios, pide a los dos periodistas -equidistancia rules- que dejen de enzarzarse en polémicas personales.
Recordemos que es Calleja quien acusa a Isabel San Sebastián de golpista, de engordar a ETA y de pertenecer a la extrema derecha.

La periodista finalmente se cansa y vuelve a pedir a la moderadora que intervenga porque, de lo contrario, abandonará el programa.

La moderadora, visiblemente afectada -sonriendo, en realidad- sigue sin moderar, y se limita a pedir a ambos que dejen de pelearse.
Calleja, lógicamente, se siente fuerte y sigue en sus trece.
Finalmente Isabel San Sebastián se marcha del programa, sin que nadie parezca demasiado preocupado por la situación.

Tan sólo Sentís -si no me equivoco- muestra su indignación por lo sucedido.
Antonio Casado, hasta hace poco también ultraderechista y golpista, suponemos -era colaborador de Federico Jiménez Losantos en la COPE- sigue con el debate obviando totalmente el lamentable episodio.

La moderadora, ahora sí, parece reconocer la importancia de lo sucedido, pero no sé por qué, después de su comentario me parece como si en realidad fuera a Isabel San Sebastián a quien estuviera abroncando.

Una vez visto el vídeo, recomendamos volver a lo que aconteció hace poco en otro debate, esta vez de Canal Sur, y comparar.

8.11.07

En los últimos días.

En los últimos días, en España, han pasado cosas como éstas.

- El portavoz del SUP, sindicato mayoritario de la Policía Nacional, afirma que le gustaría meter en una habitación en la que no existiera el Estado de Derecho a Luis del Pino, para ver qué haría con él el agente "Pedro", encargado de desactivar la mochila de Vallecas.
Insistimos, es el portavoz del sindicato mayoritario de la Policía Nacional quien habla de meter a periodistas críticos con determinadas actuaciones policiales en habitáculos al margen de la ley.
Y, para añadir un dato más, todo ello enmarcado en la investigación sobre los atentados del 11-M.
Poco después, el mismo SUP se refiere a una serie de querellas contra periodistas y políticos críticos con la investigación de los atentados utilizando la expresión "munición suficiente".

- En el último capítulo de ataques contra la segunda cadena de emisoras de España, la Cope, el mismísimo Presidente del Gobierno hace un llamamiento a la Conferencia Episcopal para que corrija su línea editorial.

Dentro de la misma serie podríamos incluir a Duran Lleida, que volvió a pedir el cierre de la Cope -pidió a la Iglesia que "abortase" la emisora-, o las amenazas de muerte que ha recibido César Vidal, responsable del programa "La Linterna". Amenazas, por cierto, que se extendieron incluso a la Iglesia evangélica a la que acude.

- Y para terminar, el alcalde de San Sebastián, Odón Elorza, después de lamentar "desde un punto de vista humano" el encarcelamiento de dirigentes de Batasuna, llama "fachas" a los ediles del PP en el transcurso de un pleno.

3.11.07

La función del periodismo

Leo en LD que el juez Garzón, que parece querer encarnar el paradigma de hombre del Renacimiento en el siglo XXI, va a encargarse de un nuevo programa de la televisión pública sobre pueblos oprimidos.

Parece que el centro de sus críticas será, una vez más, la política internacional de EE.UU.
Y lo importante aquí es "una vez más".

Ya hemos visto, por tierra mar y aire, cómo Occidente "oprime" a África, Sudamérica y en general a cualquiera que diga sentirse oprimido.
Hemos visto cómo "la globalización es la responsable de la pobreza en el mundo".
Hemos visto cómo "el cambio climático está destruyendo el planeta".
Conocemos de sobra la "violencia congénita" de los ciudadanos estadounidenses.
Todos los días vemos varios fragmentos de este cuadro anti Occidental, repetido como la "letanía" de la que habla Lomborg en El ecologista escéptico.

Pero no vemos tantas veces cómo los propios gobiernos de África, Sudamérica y los países islámicos oprimen a sus ciudadanos.
Tampoco vemos demasiado a menudo cómo la ayuda al Tercer Mundo crea más problemas de los que, en teoría, soluciona.
Los documentales de gente como Norberg, sobre los beneficios de la globalización, tampoco se muestran en las escuelas.

Si Garzón y tantos otros periodistas comprometidos quisieran realmente proporcionar datos que indignasen a los ciudadanos occidentales, deberían, de vez en cuando, mostrarles el lado oculto de la luna.
Que el otro ya lo vemos todos los días.

Sólo una socialista desbocada

A estas alturas, todo el mundo habrá visto el vídeo en cuestión.
Bueno, todo el mundo salvo Buenafuente, Wyoming, los "críticos" de CQC, Eva H...

Lo que no deja de ser curioso es que el discurso estrambótico y sin sentido de la tal Teruel es el mismo que defienden Zapatero, Blanco, Llamazares, y la mayoría del llamado "arco parlamentario". Incluyendo a buena parte del PP.

También Gabilondo y compañía, desde la radio, la televisión o la prensa.

Y, en general, una gran parte de la sociedad española, empezando, claro, por las universidades y los colegios.

Porque, si dejamos a un lado lo esperpéntico de su actuación, la señora Teruel pedía la implantación de EpC, para dar "valores y principios" a los aragoneses. Para poder "afrontar el reto de la vida".
Decía también que no se puede desconfiar de los técnicos, porque "para eso son técnicos".
Y que notaba cierto aire crítico en los demás parlamentarios, cuando deberían estar contentos por el proyecto, y dejarse de milongas sobre el presupuesto.

En fin, sólo faltó que hablase del cambio climático y del hambre en el mundo para cerrar el "sistema filosófico" que sustenta todo el discurso progresista de la sociedad española.

Esta señora no sólo no es capaz de argumentar razonadamente, sino que ni siquiera utiliza bien el castellano.
Y, aun manifestando graves carencias educativas, pide a la consejera de Educación que se centre en EpC y en la Expo 2008, que es lo que la hace feliz, y lo que creará aragoneses preparados.

Es precisamente el contenido de su discurso lo realmente vergonzoso, no la forma surrealista con que lo ha envuelto.
El mismo discurso que se defiende todos los días en prensa, centros educativos y parlamentos españoles.

19.10.07

"Como en Palestina"

Resulta gracioso que la mayoría de opinadores profesionales del país coincidan hoy en comparar Cañada Real con Palestina.

Volviendo a casa en autobús, después de la clase de Inglés, encuentro el siguiente titular en el diario gratuito Qué!, sostenido amablemente por la mujer que se sienta delante de mí: "No era Gaza ni Cisjordania; la batalla se produjo en Madrid".

Ya en el salón, mientras espero el capítulo de Padre de Familia, un señor de pelo cano, habitual de las tertulias televisivas y con un temperamento bastante extraño, habla en el programa de Concha García Campoy: "Lo de ayer de Madrid es como Palestina"
Apunta también, como detalle de suma importancia, que las cámaras de televisión habían captado algo escalofriante. Entre los restos de la batalla había aparecido un dibujo hecho por un niño. Dramático, estremecedor, decía el señor de pelo cano.

La cuestión es que, sin quererlo, están dando en el clavo.
Porque lo de ayer en Madrid recuerda bastante a Palestina.
Y es que, como en la Intifada de nueva generación, lo importante no es la batalla. Lo importante es ganarse los corazones de los telespectadores.

Los habitantes del poblado de Cañada Real habían recibido el aviso de demolición el lunes pasado.
Y en lugar de evacuar a mujeres, niños y ancianos, lo que hicieron fue colocarles delante de las cámaras, en medio de la batalla.

El resultado es el mismo, efectivamente, que en Palestina.
Las televisiones sirven con guarnición el plato precocinado; niños heridos, mujeres embarazadas en peligro, brutalidad policial...
Nadie parece darse cuenta de que hay veinte policías hospitalizados, uno de ellos con la mandíbula destrozada.
Como en Palestina, detrás de la muchedumbre indefensa se encuentran los hombres del poblado, que son quienes presentan batalla.
Pero eso nunca aparece en las noticias.